diumenge, 30 de juny del 2013

1. Pólogo


El ambiente es denso, pesado, taimado, lúgubre, obscuro, tenaz, … más acorde con una estampa solariega que con una estampa sanguinaria, como la que reza esta noche. Aún los últimos estertores de lo que parece una boina colorida de azur alumbra el poco claro que tiene la noche. Será la Luna que mece las montañas dispersas de esta ciudad, Murviedro fue antaño, hoy sólo Sagunto. Escucho el eco que resuena por las calles manchadas de tiempo, ¿son mis pasos al andar lo que le da ese sonido? O tal vez es el susurro de un eco que ya habitó estas calles hace largo tiempo. Se mezclan mis pasos con el frote de mi pantalón al rozar las piernas. El coche de Raúl se aleja mostrando la estela rojiza de las luces traseras. Aunque sea una noche de junio hace frío, aún no hemos entrado en el verano, se nota por la canícula que aún no llega.

He salido de la calle de los huertos y empalmo con la calle na Raseta. Es aquí. Espero a mi compañero con cigarro en mano. Ya no fabrican este tabaco, es el décimo paquete que me queda y quiero disfrutarlos cada vez que sea algo importante. Ya viene, pues lo oigo hablar por el teléfono. Parece ser que con la novia. Yo perdí a mi mujer hace mucho tiempo. Cuestión de trabajo digo a los amigos aunque la auténtica razón es que me aburría. Estoy aburrido de todo, qué le voy a hacer.

Cruza la esquina con el camino real. Lo veo feliz y sonriente colgando el teléfono.

  • ¿Qué tal todo Luís? -Dice.
  • Para ti soy maestro y tú para mí novato, ¿de acuerdo?
  • De acuerdo maestro. ¿Es aquí?
  • Sí, ¿Has traído lo que te pedí?
  • Sí, aquí lo tengo; incienso, una daga, tiza, un poco de vino y un cáliz. - Dice mientras me muestra una mochila.
  • Perfecto, procedamos pues. -Digo mientras toco el timbre.

Deseando no haberme equivocado escucho una voz temblorosa y llorosa:

  • ¿Son ustedes?
  • Sí, nos envía Búho. Ábrannos.

Suena un pitido leve pero suficiente como para escuchar como circula corriente por el pestillo y abro la puerta.

Entramos a la par mi compañero y yo. Se llama Ramón y cree que dos días aquí y ya podrá ser un cosechador de los pies a la cabeza. Creo que hoy será su último día. Yo pienso que si eres bondadoso en este trabajo, o al menos dejas que lo vean, barnizas tu propio ataúd. Me está hablando de que se va a ir de viaje con su novia. Joder, menudo coñazo, ¿soy yo o hay gente que se piensa que me importa su vida? Si no la hubiese liado tanto el otro día no me habrían puesto con un compañero haciéndome de niñera. Ya os explicaré qué me pasó el otro día porque ahora tengo que explicaros de qué va mi trabajo. Mi trabajo es como cualquier otro. Extraigo demonios de cuerpos mortales y los envío de vuelta a su plano dejando al pobre e inútil mortal hecho una puta mierda ya que directamente suelo romper los viales para evitar que sufran. Ya os explicaré todo el proceso de cómo funciona este puto juego, pero por ahora con esto os basta: debo recitar unos mantras mientras mi compañero ventila la habitación con incienso, escribe unos signos en el suelo y mientras yo recito voy dándole de beber vino al poseído. Todo muy místico pero no bonito ya que nadie ha sobrevivido a un exorcismo... nadie que lo haya sufrido claro, porque si no yo ya habría muerto hace treinta y cinco años.

Subimos las escaleras hasta el tercer piso y nos hallamos un panorama dantesco. Una anciana vomitando la papilla que le dieron hace sesenta (?) años, la puerta abierta con la policía adentro de la vivienda y con un montón de gente. Mira que les dije que no llamasen a la policía ni a nadie más, que fuésemos los justos, pero nada.

Conforme entro saco mi placa de cosechador y los policías absortos me dejan pasar.

  • Todo el mundo a un lado si no queréis que este cascarón no pierda sólo la consciencia. -Sé que me falta tacto pero es un coñazo aguantar viejas lloronas.
  • Por favor no diga eso, sabemos que no sobrevivirá cuerdo al exorcismo pero, ¿no puede hacer algo para evitarlo? -Dice la que parece ser su madre.
  • Mucho nos tememos que no, señora. - Dice mi compañero. Imbécil, ¿ya se quiere poner medallitas el primer día queriendo ir de guay?
  • Lo que mi compañero quiere decir es que al acceder el demonio al plano Ósteo éste absorbe la energía de su huésped y no deja alma alguna en dicho huésped, convirtiéndolo en un cascarón. Sinceramente, no puedo hacer nada porque lo que queda del huésped está en otro plano.
  • ¿En cuál? -Dice el que parece ser el padre.
  • El plano Endo. Donde van las energías y no los demonios. Éstos se hallan en el plano Ástral. -Dice mi compañero que por primera vez abre la boca y no para decir idioteces.
  • Golondrina. -Así es como llamo a mi compañero cuando es en presencia de clientes. Son siempre nombres de aves, nuestro jefe se llama Búho, yo soy Mochuelo-. Tráeme el vino y el cáliz. Tú prepara el resto como ya te enseñé.

Mi compañero asiente como buen compañero, parece ser que está dando la talla.

Entramos en la habitación donde se halla el sujeto y la imagen es abrumadora. Vómitos por las paredes, el cuerpo del sujeto con las uñas arrancadas, el rostro sin ojos y con la nariz en el hueso (esto se debe a que la nariz les entorpece la visión y nosotros al estar acostumbrados no nos importa. Parece estúpido pero me costaron años entenderlo) y por último inscripciones en las paredes, hechas con sangre, puede que de los dedos. Al ver el panorama y al escuchar los gemidos monótonos del sujeto me dirijo a los clientes de la casa.

  • Ustedes váyanse y cierren la puerta, créanme es mejor-. Detesto ser tan lameculos con los clientes de verdad, pero claro, hay que dar buena imagen.
  • Por favor, solucione algo, lo que sea-. Dice la que creo que es la madre.- ¿Tiene el vial?
  • Sí, lo tengo aquí mismo en mi bolsa.
  • No lo use por favor. Él es un chico bueno, nunca faltó a su juramento, fue un buen huésped.
  • Haré lo que esté en mis manos-. En estos momentos no sé si me creen o no, pero los reconforta. En el momento que cierren rompo el vial y adiós demonio y adiós huésped estúpido ¿cómo pudo dejarse corromper?
  • Golondrina ¿lo tienes?
  • Más o menos, me quedan un par de símbolos-. Dice mi aprendiz mientras deposito el cáliz y la botella de vino al lado de la cama

Una vez cierran las puertas saco el vial y me dirijo al sujeto. Mientras le hago una señal a Golondrina.

  • ¿Paro ya?
  • Sí, eso es todo, éste está demasiado absorbido como para intentar algo, echa el vino por las paredes y que parezca que lo intentamos-. Le digo mientras me dirijo al sujeto
  • Vale, pero... ¿Usarás el vial?
  • No hay más remedio.

Suena una voz que proviene del sujeto, voz meliflua y aterciopelada.

  • Nonuci dasonuf Babaje od cahisa ob hubaio tibibipe: alalare ataraahe od ef! Darix fafeenu mianu ar Enayo ovof! Soba dooainu aai i VONUPEHE. Zodacare, gohusa, od Zodameranu. Odo cicale Qaa! Zodoreje, lape zodiredo Noco Mada, hoathahe Nazhit!
  • ¿Qué coño?- Dice mi compañero.
  • Nazhit, viernoo joadim motha bij zudaare ar nato. Iqsum!-. Muy pocos saben hablar la lengua demoníaca, por suerte yo sé. Básicamente el nos ha invitado a ir con su corte a hacer cosas de demonios pero aburren y no tengo tiempo y así que le he pedido amablemente que nos hable en un idioma que se pueda entender.
  • Por supuesto, ¿Dónde están mis modales? Además, yo creé la diferencia lingüística entre los mothai-. “mothai” es el nombre que nos dan a nosotros los mortales-. Le decía a Julio que por qué no os venís a un banquete que tenemos preparados en Ástral.
  • ¿Julio?-. Dice mi compañero.
  • Es mi nombre-. Digo-. Cosa que no tendrías que revelar Nazhit.
  • Tú revelas mi nombre yo revelo el tuyo. Es un trato justo.
  • Ya me he cansado-. Digo mientras busco el vial.
  • Ah, vas a romper el vínculo. ¿Sabes que así morirá el huésped?-. Dice Nazhit.
  • Lo sé, pero tú te irás a tu plano y me aseguraré que tu huésped próximo tenga mejor qi y sepa contenerte.
  • No lo hagas, exorciza al huésped pero no lo mates-. Dice mi aprendiz.

Cojo el vial y lo abro. Emerge un olor metálico de dentro que hace imaginar la composición del vial, lo más curioso de todo es que el vial es de vidrio. Supongo que será del olor a sangre corrompida.

  • ¿Ves? Hasta este joven tiene más humanidad que tú. La perdiste hace mucho.
  • Cállate... callaos los dos-. Digo mientras me dispongo a verter el contenido del vial al suelo.
  • No-. Dice mi aprendiz mientras coge el cáliz y el vino que están al lado de la cama y se lo echa al huésped encima. Los demonios odian el vino.

Comienza a retorcerse y a esputar el huésped. Más que un demonio parece que tenga una jauría de chacales en su interior. En eso que emite un grito que seguro lo escuchan en el pueblo de al lado hasta que cesa de moverse.

En eso que cojo a mi compañero por el cuello y le digo:

  • ¿Quién te crees que eres? Maldito mocoso. ¿Tú te piensas que siendo un buen samaritano con este infeliz te vas a ganar una corona?¿qué has perdido el juicio? Acabas de condenar a este hombre a una vida de sedentarismo y de no saber nada. ¿No te explicó Lechuza lo que le pasa a un velado? Hubiese sido mejor que hubiera muerto. Una vez derramado el vial hubiese explotado el cuerpo y no sufrido nada más, lo que quedase de su alma aferrada a ese cuerpo moriría junto al cuerpo y el demonio se habría ido. Ahora lo único que has conseguido es que el demonio se cabrease y se llevase el alma atormentada de el huésped al plano Ástral para así convertirse en otro demonio. ¿Sabes cuántos hay?
  • No... s...sé-. Dice tembloroso.
  • 14.253. Eso te pasa por no asistir a las clases de demonología. Me sé cada uno de esos nombres desde hace ya 20 años, cuando aún no habías salido de la polla de tu padre. Ahora hay 14.254. Enhorabuena. Acabas de hacerles un favor. Vete de aquí y considérate fuera de los cosechadores.

No emitió palabra alguna, sólo lágrimas. Cuando abrió la puerta la familia estaba llorando.

  • Lo siento-. Sólo pude decir eso, mientras le di la extremaunción al cuerpo sin vida de aquél a quien jamás recordaré.

Me ceden el paso para salir de aquella habitación. Sin duda es una familia destrozada. Quizás fue un buen hijo, quizás habría sido un buen padre, quizás un buen hermano, quizás un buen nieto, … ya no lo sabré, no me sé ni su nombre, o tal vez lo dijeron y ahora no me acuerdo pero de todas formas está muerto.
Conforme salgo de la casa me veo a Ramón llorando mientras gira la esquina dirección la plaza de la morería. No sé si llora por haber condenado a un huésped a la muerte o por haberlo expulsado.

Tomo la avenida en dirección a mi coche, ahora toca beber un poco. Voy a la capital a un local bastante bueno donde puedes privar a muy buen precio, así podré desahogarme en alcohol. Mientras pienso en el por qué de este dolor. El problema de que alguien muera poseído por un demonio no es que el demonio se quede su cuerpo y su alma vaya al plano Endo sino que en realidad el alma del huésped sigue en parte aferrada a su cuerpo, aunque su alma esté en el plano Endo y el cuerpo en el Ósteo. Ésto ocurre porque hay una especie de vínculo entre los dos planos que cuando rompo el vial yo elimino ese vínculo enviando al huésped en el plano Endo y al demonio a su plano Ástral para así que por lo menos el alma del huésped sobreviva. Al echarle vino encima o conjurar para exorcizar al huésped y echarle ese demonio al demonio lo envías al plano Ástral pero dejando que éste se lleve el alma del huésped a ese plano, para torturarlo, violarlo, devorarlo, ... lo que sea. También hay otro método, expulsar al demonio mediante pacto y liberarlo al plano Endo, este, y sembraría el caos. Muchos cosechadores novatos lo hacen, jóvenes que les gusta la acción, con eso lo único que logran es sacar al demonio y convertir al huésped en dormido, un cascarón sin memoria, recuerdos ni anhelos, sólo un eco de lo que fue algún día... es como una vaina sin semilla.

Yo voy a lo fácil, sin vial no hay demonio.

Sea como sea el camino, sea cual sea la circunstancia y sea quien sea el causante, sólo puedo albergar una conclusión: el caos. ¿Quién empezó esta guerra?¿cuándo empezó?¿por qué se hizo?¿dónde surgió?¿qué la ocasionó? Sí que sé que ahora tengo más preguntas que respuestas pero ahora, casi en el ocaso de mi vida me va dando igual todo. Ronda un año truculento, si te lo curras, puedes llegar a los 110 años, claro está, tratándote con comida sana, sin radiación y pasando del tabaco y alcohol. Pero como dijo un gran cómico otrora: dentro de mí hay algo que debe morir.
Conforme salgo de este puto y miserable pueblo arribo a un pueblo que hay al lado, 5 km, he de recoger un antiguo camarada que supongo tendrá grandes noticias. Resulta que en nuestra organización puede que haya un topo. Por cierto, si no lo he dicho antes, pertenezco a los cosechadores. Antiguamente nos hubiesen llamado brujos pagados por el estado aunque muchos de los miembros ostentosos y panzudos que se sientan en esos sillones tan caros dudarán de nuestra existencia. Nos dedicamos a barrer toda la mierda demoníaca que nos ha sido puesta desde el principio de nuestros días. No sé mucho de historia pero sí que sé que desde hace ya 3.000 años hay datada la existencia de demonios por no sé qué guerra entre demonios y ángeles. Sé que hubo un pacto el cual, los demonios se quedarían en su plano, los ángeles en el suyo y nosotros en el nuestro, también sé que hace 800 años esos demonios pasaron de ese pacto y comenzaron a buscar “grietas” entre nuestro plano y el suyo para poder escapar, muchos lo hicieron creando barbaries. Nosotros como no disponemos de magia ni fuerza que la iguale nos dedicamos a buscar “huéspedes”, gente como tú y como yo que no tiene impedimento en albergar dentro de sí un demonio, con riesgo eso sí, de que éste tome el control y la líe, como en el caso anterior. En ese caso llaman a nosotros, cosechadores que nos dedicamos a cosechar esos demonios y enviarlos de vuelta a su plano, eso sí, con riesgo de perder al huésped para siempre. Como habéis visto, métodos hay mil.

Esperando en mi coche suena la canción “Domination” de Pantera, así que dejo que mis pies se embauquen del ritmo y empiezan a bailar como si un pedal de batería tuvieran debajo. En eso que aparece mi colega. Jose se llama, siempre está metido en un fregao distinto; cuando no es su exmujer es su casero, cuando no es su hijo es el dinero, gente que me agobia a más no poder pensando que a mí me importan sus vidas pero prefiero aguantarlo tres horas y que me mencione acerca de lo que ha descubierto en nuestra organización a enterarme cuando sea demasiado tarde.
Jose entra en el coche, baja la música y se enciende un cigarrillo, porque me ha dado un paquete de tabaco que si no se los metería por el culo pitillo a pitillo; detesto que me quiten la música. Le veo un derrape bajo la nariz, parece ser que ha vuelto a meterse. Es increíble como puede destrozarse una persona, y pensar que era yo el drogata en nuestra juventud.
Mientras nos alejamos del pueblo de Jose comienza a contarme los problemas que tiene con su hijo, como si a mí me importase, hay veces que la gente olvida su cometido y empiezan a contarte su vida como si a ti te importase y ahí es cuando les pones cara y voz de idiota mientras les dices cosas tales como: veas, buah, qué fuerte, … Y ellos siguen con la misma cantinela como si a ti te importase ¿Qué ellos no captan las indirectas?

En eso que entramos en la capital y una vez Jose acaba de hablarme de sus nimiedades comienzo con el tema que a mí me atañe:

  • ¿Qué sabes acerca de ese topo?-. Le digo al parar en un semáforo
  • Más bien poco, son sólo insinuaciones, rumores que he oído aunque bastante creíbles ya que ha habido bastante desvío de información, ocultación de informes y ciertas irrelevancias que hacen que esos rumores me parezcan ciertos... yo de ti me andaría con ojo Mochuelo-. Es de los pocos tíos que conozco que me llama con mi nombre de la organización. Creo que fue mi mejor compañero.
  • Rumores o no en parte te lo agradezco, conviene estar al loro con ese tipo de insinuaciones ya que al estar alerta evitas asesinatos y cosas así.
  • Joder, eres un poco bestia ¿no?-. No soy exagerado pero cuando me las veo venir soy el primero que pone pies en polvorosa.
  • En estos casos es mejor amigo-. Le digo esto para tranquilizarlo.

Pasamos los siguientes diez minutos en silencio mientras escucho muy levemente la canción “Welcome to Hell” deseando que no sea pájaro de mal agüero. Escucho como Jose se enciende otro cigarrillo, su respiración es forzosa, se va haciendo mayor, nos hacemos mayores. Él es muy duro el cabronazo y puede que nos entierre a todos. Hallo un aparcamiento cerquita de la zona de bares, soy bastante ortodoxo en el tema del aparcamiento pero por hoy haré una excepción.

Comenzamos a caminar dirección a nuestro bar mientras hablamos de cómo nos ha ido el día, etc. Mejor hablar de ésto que de cualquier cosa que tenga que ver con su hijo y exmujer.

  • ¿Qué tal el nuevo chaval?¿Voló la golondrina?-. Comienza Jose.
  • Fatal, no pasó la prueba.
  • Joder, te duran poco los novatos.
  • Es que ninguno fue como tú-. He de reconocerlo, Jose fue mi mejor aprendiz e incluso mi mejor amigo.
  • Hahahaha, tú siempre tan lameculos, pero te lo agradezco, después de tanta mierda oída a labios de mi exmujer, prefiero que me lamas el ojete a que me suelten más improperios-. Es todo un poeta.
  • La verdad es que sí.

Pasamos cerca de la plaza de la almoina cuando aceleramos el paso. Son cerca de la una de la madrugada y no queremos que nos cierren.

  • ¿Has ido a verla? Dicen que ya tiene ataúd, después de veinte años ya era hora que descansase en paz-. Dice mientras salimos de la plaza.
  • No, hay cosas que mejor olvidar.
  • Nadie se merece lo que la hicieron-. He de cortar por lo sano.
  • Mejor que no continúes, hoy es día de conspiraciones y prefiero los lloros para otras noches-. Digo esto a ver si acaba ya esta conversación.
  • Dices bien.

Nos acercamos al bar, hay poca gente, dos en los billares y cuatro viejas glorias en una mesa. Así que... dos viejas glorias más entrarán. Pedimos lo de siempre, tequila, algo fuerte para empezar bien la noche. Bebemos, reímos, cantamos, hasta nos echamos una partida al billar. Como en los viejos tiempos pero con dos viejos.

  • Bien Jose, supongo que lo que me has dicho en el coche acerca del topo no se ha finiquitado...
  • ¿Cómo lo sabes?
  • Para empezar te acabas de delatar diciendo que ya lo sabía, segundo traes un maletín a un bar y tercero llevamos más de dos años sin salir si no es para nada serio ¿por qué hoy no?.
  • Tú siempre tan observador, por eso el viejo te tiene en tan alta estima.

Eso me hace recordar a Laura y de pronto cambio mi cara.

  • Mierda, yo siempre tan oportuno-. Se escusa Jose-. Antes de que me execres, perdóname. Es que hace ya mucho tiempo que no sé de ti y no me acabo de acostumbrar.
  • Tranquilo, además hoy es la noche de las viejas glorias y no hay que sufrir por los males pasados. Sólo el futuro nos atormentará y hoy estaré peor...
  • que mañana-. Acaba Jose.
  • Exacto, que mañana-. Finalizo yo.

Concluimos la conversación alzando las jarras, yo de vino y él de cerveza. Hoy no es noche triste sino feliz.
Jose abre el maletín, depositado encima de sus rodillas, mientras coloca dos papeles encima de la mesa, uno es una carta y el otro una fotografía.

  • Esta carta pertenece a mi sospechoso. Observé que él siempre estuvo preguntando acerca de ciertas cosas que no son muy normales para un novato así que yo siempre le eludía al contestarle a esas preguntas-. Comienza diciéndome.
  • ¿Y cuánto hace que sospechas de él?
  • Un par de semanas ya que siempre que le daba largas a la hora volvía a preguntarme cosas del tipo. ¿Cómo sabe Búho quienes son los poseídos?¿Dónde están los viales?¿Nombres secretos de los cosechadores? Vamos, son el tipo de cosas que es normal tener curiosidad pero sólo una vez. Parece que éste esté cumpliendo una misión de espionaje y no ceje en el empeño de preguntarme todo, de una manera muy torpe por cierto.
  • ¿Sabe de este asunto alguien más?
  • Que va, sólo tú. Llevamos en esta organización veinticinco años ¿en quién podría yo confiar?
  • Vale, lo vas a vigilar más de cerca y también podrías darle información falsa, por ejemplo en el asunto de los viales, ni a nosotros nos está permitido entrar en la sala del consorcio, así que dile que es en una habitación diferente, que él entre en ella y una vez dentro apelas a la Ley Pernudis y se acabó.
  • Buena idea, por eso tu eres el Mochuelo.
  • Y tú el Gorrión-. Le digo mientras aúno mis manos como si fuesen las alas de un ave y las agito-. Siempre te enteras de todo.
  • Soy muy maruja ya lo sabes bien.


Resuenan carcajadas nuestras desde las entrañas de nuestro ser hasta la más recóndita telaraña de ese bar. Somos hombres felices sin duda. Ajenos al mal que viene y subyugados por un pasado que no nos persigue pero sí nos recuerda que somos humanos y frágiles.
  1. Prólogo.

El ambiente es denso, pesado, taimado, lúgubre, obscuro, tenaz, … más acorde con una estampa solariega que con una estampa sanguinaria, como la que reza esta noche. Aún los últimos estertores de lo que parece una boina colorida de azur alumbra el poco claro que tiene la noche. Será la Luna que mece las montañas dispersas de esta ciudad, Murviedro fue antaño, hoy sólo Sagunto. Escucho el eco que resuena por las calles manchadas de tiempo, ¿son mis pasos al andar lo que le da ese sonido? O tal vez es el susurro de un eco que ya habitó estas calles hace largo tiempo. Se mezclan mis pasos con el frote de mi pantalón al rozar las piernas. El coche de Raúl se aleja mostrando la estela rojiza de las luces traseras. Aunque sea una noche de junio hace frío, aún no hemos entrado en el verano, se nota por la canícula que aún no llega.

He salido de la calle de los huertos y empalmo con la calle na Raseta. Es aquí. Espero a mi compañero con cigarro en mano. Ya no fabrican este tabaco, es el décimo paquete que me queda y quiero disfrutarlos cada vez que sea algo importante. Ya viene, pues lo oigo hablar por el teléfono. Parece ser que con la novia. Yo perdí a mi mujer hace mucho tiempo. Cuestión de trabajo digo a los amigos aunque la auténtica razón es que me aburría. Estoy aburrido de todo, qué le voy a hacer.

Cruza la esquina con el camino real. Lo veo feliz y sonriente colgando el teléfono.

  • ¿Qué tal todo Luís? -Dice.
  • Para ti soy maestro y tú para mí novato, ¿de acuerdo?
  • De acuerdo maestro. ¿Es aquí?
  • Sí, ¿Has traído lo que te pedí?
  • Sí, aquí lo tengo; incienso, una daga, tiza, un poco de vino y un cáliz. - Dice mientras me muestra una mochila.
  • Perfecto, procedamos pues. -Digo mientras toco el timbre.

Deseando no haberme equivocado escucho una voz temblorosa y llorosa:

  • ¿Son ustedes?
  • Sí, nos envía Búho. Ábrannos.

Suena un pitido leve pero suficiente como para escuchar como circula corriente por el pestillo y abro la puerta.

Entramos a la par mi compañero y yo. Se llama Ramón y cree que dos días aquí y ya podrá ser un cosechador de los pies a la cabeza. Creo que hoy será su último día. Yo pienso que si eres bondadoso en este trabajo, o al menos dejas que lo vean, barnizas tu propio ataúd. Me está hablando de que se va a ir de viaje con su novia. Joder, menudo coñazo, ¿soy yo o hay gente que se piensa que me importa su vida? Si no la hubiese liado tanto el otro día no me habrían puesto con un compañero haciéndome de niñera. Ya os explicaré qué me pasó el otro día porque ahora tengo que explicaros de qué va mi trabajo. Mi trabajo es como cualquier otro. Extraigo demonios de cuerpos mortales y los envío de vuelta a su plano dejando al pobre e inútil mortal hecho una puta mierda ya que directamente suelo romper los viales para evitar que sufran. Ya os explicaré todo el proceso de cómo funciona este puto juego, pero por ahora con esto os basta: debo recitar unos mantras mientras mi compañero ventila la habitación con incienso, escribe unos signos en el suelo y mientras yo recito voy dándole de beber vino al poseído. Todo muy místico pero no bonito ya que nadie ha sobrevivido a un exorcismo... nadie que lo haya sufrido claro, porque si no yo ya habría muerto hace treinta y cinco años.

Subimos las escaleras hasta el tercer piso y nos hallamos un panorama dantesco. Una anciana vomitando la papilla que le dieron hace sesenta (?) años, la puerta abierta con la policía adentro de la vivienda y con un montón de gente. Mira que les dije que no llamasen a la policía ni a nadie más, que fuésemos los justos, pero nada.

Conforme entro saco mi placa de cosechador y los policías absortos me dejan pasar.

  • Todo el mundo a un lado si no queréis que este cascarón no pierda sólo la consciencia. -Sé que me falta tacto pero es un coñazo aguantar viejas lloronas.
  • Por favor no diga eso, sabemos que no sobrevivirá cuerdo al exorcismo pero, ¿no puede hacer algo para evitarlo? -Dice la que parece ser su madre.
  • Mucho nos tememos que no, señora. - Dice mi compañero. Imbécil, ¿ya se quiere poner medallitas el primer día queriendo ir de guay?
  • Lo que mi compañero quiere decir es que al acceder el demonio al plano Ósteo éste absorbe la energía de su huésped y no deja alma alguna en dicho huésped, convirtiéndolo en un cascarón. Sinceramente, no puedo hacer nada porque lo que queda del huésped está en otro plano.
  • ¿En cuál? -Dice el que parece ser el padre.
  • El plano Endo. Donde van las energías y no los demonios. Éstos se hallan en el plano Ástral. -Dice mi compañero que por primera vez abre la boca y no para decir idioteces.
  • Golondrina. -Así es como llamo a mi compañero cuando es en presencia de clientes. Son siempre nombres de aves, nuestro jefe se llama Búho, yo soy Mochuelo-. Tráeme el vino y el cáliz. Tú prepara el resto como ya te enseñé.

Mi compañero asiente como buen compañero, parece ser que está dando la talla.

Entramos en la habitación donde se halla el sujeto y la imagen es abrumadora. Vómitos por las paredes, el cuerpo del sujeto con las uñas arrancadas, el rostro sin ojos y con la nariz en el hueso (esto se debe a que la nariz les entorpece la visión y nosotros al estar acostumbrados no nos importa. Parece estúpido pero me costaron años entenderlo) y por último inscripciones en las paredes, hechas con sangre, puede que de los dedos. Al ver el panorama y al escuchar los gemidos monótonos del sujeto me dirijo a los clientes de la casa.

  • Ustedes váyanse y cierren la puerta, créanme es mejor-. Detesto ser tan lameculos con los clientes de verdad, pero claro, hay que dar buena imagen.
  • Por favor, solucione algo, lo que sea-. Dice la que creo que es la madre.- ¿Tiene el vial?
  • Sí, lo tengo aquí mismo en mi bolsa.
  • No lo use por favor. Él es un chico bueno, nunca faltó a su juramento, fue un buen huésped.
  • Haré lo que esté en mis manos-. En estos momentos no sé si me creen o no, pero los reconforta. En el momento que cierren rompo el vial y adiós demonio y adiós huésped estúpido ¿cómo pudo dejarse corromper?
  • Golondrina ¿lo tienes?
  • Más o menos, me quedan un par de símbolos-. Dice mi aprendiz mientras deposito el cáliz y la botella de vino al lado de la cama

Una vez cierran las puertas saco el vial y me dirijo al sujeto. Mientras le hago una señal a Golondrina.

  • ¿Paro ya?
  • Sí, eso es todo, éste está demasiado absorbido como para intentar algo, echa el vino por las paredes y que parezca que lo intentamos-. Le digo mientras me dirijo al sujeto
  • Vale, pero... ¿Usarás el vial?
  • No hay más remedio.

Suena una voz que proviene del sujeto, voz meliflua y aterciopelada.

  • Nonuci dasonuf Babaje od cahisa ob hubaio tibibipe: alalare ataraahe od ef! Darix fafeenu mianu ar Enayo ovof! Soba dooainu aai i VONUPEHE. Zodacare, gohusa, od Zodameranu. Odo cicale Qaa! Zodoreje, lape zodiredo Noco Mada, hoathahe Nazhit!
  • ¿Qué coño?- Dice mi compañero.
  • Nazhit, viernoo joadim motha bij zudaare ar nato. Iqsum!-. Muy pocos saben hablar la lengua demoníaca, por suerte yo sé. Básicamente el nos ha invitado a ir con su corte a hacer cosas de demonios pero aburren y no tengo tiempo y así que le he pedido amablemente que nos hable en un idioma que se pueda entender.
  • Por supuesto, ¿Dónde están mis modales? Además, yo creé la diferencia lingüística entre los mothai-. “mothai” es el nombre que nos dan a nosotros los mortales-. Le decía a Julio que por qué no os venís a un banquete que tenemos preparados en Ástral.
  • ¿Julio?-. Dice mi compañero.
  • Es mi nombre-. Digo-. Cosa que no tendrías que revelar Nazhit.
  • Tú revelas mi nombre yo revelo el tuyo. Es un trato justo.
  • Ya me he cansado-. Digo mientras busco el vial.
  • Ah, vas a romper el vínculo. ¿Sabes que así morirá el huésped?-. Dice Nazhit.
  • Lo sé, pero tú te irás a tu plano y me aseguraré que tu huésped próximo tenga mejor qi y sepa contenerte.
  • No lo hagas, exorciza al huésped pero no lo mates-. Dice mi aprendiz.

Cojo el vial y lo abro. Emerge un olor metálico de dentro que hace imaginar la composición del vial, lo más curioso de todo es que el vial es de vidrio. Supongo que será del olor a sangre corrompida.

  • ¿Ves? Hasta este joven tiene más humanidad que tú. La perdiste hace mucho.
  • Cállate... callaos los dos-. Digo mientras me dispongo a verter el contenido del vial al suelo.
  • No-. Dice mi aprendiz mientras coge el cáliz y el vino que están al lado de la cama y se lo echa al huésped encima. Los demonios odian el vino.

Comienza a retorcerse y a esputar el huésped. Más que un demonio parece que tenga una jauría de chacales en su interior. En eso que emite un grito que seguro lo escuchan en el pueblo de al lado hasta que cesa de moverse.

En eso que cojo a mi compañero por el cuello y le digo:

  • ¿Quién te crees que eres? Maldito mocoso. ¿Tú te piensas que siendo un buen samaritano con este infeliz te vas a ganar una corona?¿qué has perdido el juicio? Acabas de condenar a este hombre a una vida de sedentarismo y de no saber nada. ¿No te explicó Lechuza lo que le pasa a un velado? Hubiese sido mejor que hubiera muerto. Una vez derramado el vial hubiese explotado el cuerpo y no sufrido nada más, lo que quedase de su alma aferrada a ese cuerpo moriría junto al cuerpo y el demonio se habría ido. Ahora lo único que has conseguido es que el demonio se cabrease y se llevase el alma atormentada de el huésped al plano Ástral para así convertirse en otro demonio. ¿Sabes cuántos hay?
  • No... s...sé-. Dice tembloroso.
  • 14.253. Eso te pasa por no asistir a las clases de demonología. Me sé cada uno de esos nombres desde hace ya 20 años, cuando aún no habías salido de la polla de tu padre. Ahora hay 14.254. Enhorabuena. Acabas de hacerles un favor. Vete de aquí y considérate fuera de los cosechadores.

No emitió palabra alguna, sólo lágrimas. Cuando abrió la puerta la familia estaba llorando.

  • Lo siento-. Sólo pude decir eso, mientras le di la extremaunción al cuerpo sin vida de aquél a quien jamás recordaré.

Me ceden el paso para salir de aquella habitación. Sin duda es una familia destrozada. Quizás fue un buen hijo, quizás habría sido un buen padre, quizás un buen hermano, quizás un buen nieto, … ya no lo sabré, no me sé ni su nombre, o tal vez lo dijeron y ahora no me acuerdo pero de todas formas está muerto.
Conforme salgo de la casa me veo a Ramón llorando mientras gira la esquina dirección la plaza de la morería. No sé si llora por haber condenado a un huésped a la muerte o por haberlo expulsado.

Tomo la avenida en dirección a mi coche, ahora toca beber un poco. Voy a la capital a un local bastante bueno donde puedes privar a muy buen precio, así podré desahogarme en alcohol. Mientras pienso en el por qué de este dolor. El problema de que alguien muera poseído por un demonio no es que el demonio se quede su cuerpo y su alma vaya al plano Endo sino que en realidad el alma del huésped sigue en parte aferrada a su cuerpo, aunque su alma esté en el plano Endo y el cuerpo en el Ósteo. Ésto ocurre porque hay una especie de vínculo entre los dos planos que cuando rompo el vial yo elimino ese vínculo enviando al huésped en el plano Endo y al demonio a su plano Ástral para así que por lo menos el alma del huésped sobreviva. Al echarle vino encima o conjurar para exorcizar al huésped y echarle ese demonio al demonio lo envías al plano Ástral pero dejando que éste se lleve el alma del huésped a ese plano, para torturarlo, violarlo, devorarlo, ... lo que sea. También hay otro método, expulsar al demonio mediante pacto y liberarlo al plano Endo, este, y sembraría el caos. Muchos cosechadores novatos lo hacen, jóvenes que les gusta la acción, con eso lo único que logran es sacar al demonio y convertir al huésped en dormido, un cascarón sin memoria, recuerdos ni anhelos, sólo un eco de lo que fue algún día... es como una vaina sin semilla.

Yo voy a lo fácil, sin vial no hay demonio.

Sea como sea el camino, sea cual sea la circunstancia y sea quien sea el causante, sólo puedo albergar una conclusión: el caos. ¿Quién empezó esta guerra?¿cuándo empezó?¿por qué se hizo?¿dónde surgió?¿qué la ocasionó? Sí que sé que ahora tengo más preguntas que respuestas pero ahora, casi en el ocaso de mi vida me va dando igual todo. Ronda un año truculento, si te lo curras, puedes llegar a los 110 años, claro está, tratándote con comida sana, sin radiación y pasando del tabaco y alcohol. Pero como dijo un gran cómico otrora: dentro de mí hay algo que debe morir.
Conforme salgo de este puto y miserable pueblo arribo a un pueblo que hay al lado, 5 km, he de recoger un antiguo camarada que supongo tendrá grandes noticias. Resulta que en nuestra organización puede que haya un topo. Por cierto, si no lo he dicho antes, pertenezco a los cosechadores. Antiguamente nos hubiesen llamado brujos pagados por el estado aunque muchos de los miembros ostentosos y panzudos que se sientan en esos sillones tan caros dudarán de nuestra existencia. Nos dedicamos a barrer toda la mierda demoníaca que nos ha sido puesta desde el principio de nuestros días. No sé mucho de historia pero sí que sé que desde hace ya 3.000 años hay datada la existencia de demonios por no sé qué guerra entre demonios y ángeles. Sé que hubo un pacto el cual, los demonios se quedarían en su plano, los ángeles en el suyo y nosotros en el nuestro, también sé que hace 800 años esos demonios pasaron de ese pacto y comenzaron a buscar “grietas” entre nuestro plano y el suyo para poder escapar, muchos lo hicieron creando barbaries. Nosotros como no disponemos de magia ni fuerza que la iguale nos dedicamos a buscar “huéspedes”, gente como tú y como yo que no tiene impedimento en albergar dentro de sí un demonio, con riesgo eso sí, de que éste tome el control y la líe, como en el caso anterior. En ese caso llaman a nosotros, cosechadores que nos dedicamos a cosechar esos demonios y enviarlos de vuelta a su plano, eso sí, con riesgo de perder al huésped para siempre. Como habéis visto, métodos hay mil.

Esperando en mi coche suena la canción “Domination” de Pantera, así que dejo que mis pies se embauquen del ritmo y empiezan a bailar como si un pedal de batería tuvieran debajo. En eso que aparece mi colega. Jose se llama, siempre está metido en un fregao distinto; cuando no es su exmujer es su casero, cuando no es su hijo es el dinero, gente que me agobia a más no poder pensando que a mí me importan sus vidas pero prefiero aguantarlo tres horas y que me mencione acerca de lo que ha descubierto en nuestra organización a enterarme cuando sea demasiado tarde.
Jose entra en el coche, baja la música y se enciende un cigarrillo, porque me ha dado un paquete de tabaco que si no se los metería por el culo pitillo a pitillo; detesto que me quiten la música. Le veo un derrape bajo la nariz, parece ser que ha vuelto a meterse. Es increíble como puede destrozarse una persona, y pensar que era yo el drogata en nuestra juventud.
Mientras nos alejamos del pueblo de Jose comienza a contarme los problemas que tiene con su hijo, como si a mí me importase, hay veces que la gente olvida su cometido y empiezan a contarte su vida como si a ti te importase y ahí es cuando les pones cara y voz de idiota mientras les dices cosas tales como: veas, buah, qué fuerte, … Y ellos siguen con la misma cantinela como si a ti te importase ¿Qué ellos no captan las indirectas?

En eso que entramos en la capital y una vez Jose acaba de hablarme de sus nimiedades comienzo con el tema que a mí me atañe:

  • ¿Qué sabes acerca de ese topo?-. Le digo al parar en un semáforo
  • Más bien poco, son sólo insinuaciones, rumores que he oído aunque bastante creíbles ya que ha habido bastante desvío de información, ocultación de informes y ciertas irrelevancias que hacen que esos rumores me parezcan ciertos... yo de ti me andaría con ojo Mochuelo-. Es de los pocos tíos que conozco que me llama con mi nombre de la organización. Creo que fue mi mejor compañero.
  • Rumores o no en parte te lo agradezco, conviene estar al loro con ese tipo de insinuaciones ya que al estar alerta evitas asesinatos y cosas así.
  • Joder, eres un poco bestia ¿no?-. No soy exagerado pero cuando me las veo venir soy el primero que pone pies en polvorosa.
  • En estos casos es mejor amigo-. Le digo esto para tranquilizarlo.

Pasamos los siguientes diez minutos en silencio mientras escucho muy levemente la canción “Welcome to Hell” deseando que no sea pájaro de mal agüero. Escucho como Jose se enciende otro cigarrillo, su respiración es forzosa, se va haciendo mayor, nos hacemos mayores. Él es muy duro el cabronazo y puede que nos entierre a todos. Hallo un aparcamiento cerquita de la zona de bares, soy bastante ortodoxo en el tema del aparcamiento pero por hoy haré una excepción.

Comenzamos a caminar dirección a nuestro bar mientras hablamos de cómo nos ha ido el día, etc. Mejor hablar de ésto que de cualquier cosa que tenga que ver con su hijo y exmujer.

  • ¿Qué tal el nuevo chaval?¿Voló la golondrina?-. Comienza Jose.
  • Fatal, no pasó la prueba.
  • Joder, te duran poco los novatos.
  • Es que ninguno fue como tú-. He de reconocerlo, Jose fue mi mejor aprendiz e incluso mi mejor amigo.
  • Hahahaha, tú siempre tan lameculos, pero te lo agradezco, después de tanta mierda oída a labios de mi exmujer, prefiero que me lamas el ojete a que me suelten más improperios-. Es todo un poeta.
  • La verdad es que sí.

Pasamos cerca de la plaza de la almoina cuando aceleramos el paso. Son cerca de la una de la madrugada y no queremos que nos cierren.

  • ¿Has ido a verla? Dicen que ya tiene ataúd, después de veinte años ya era hora que descansase en paz-. Dice mientras salimos de la plaza.
  • No, hay cosas que mejor olvidar.
  • Nadie se merece lo que la hicieron-. He de cortar por lo sano.
  • Mejor que no continúes, hoy es día de conspiraciones y prefiero los lloros para otras noches-. Digo esto a ver si acaba ya esta conversación.
  • Dices bien.

Nos acercamos al bar, hay poca gente, dos en los billares y cuatro viejas glorias en una mesa. Así que... dos viejas glorias más entrarán. Pedimos lo de siempre, tequila, algo fuerte para empezar bien la noche. Bebemos, reímos, cantamos, hasta nos echamos una partida al billar. Como en los viejos tiempos pero con dos viejos.

  • Bien Jose, supongo que lo que me has dicho en el coche acerca del topo no se ha finiquitado...
  • ¿Cómo lo sabes?
  • Para empezar te acabas de delatar diciendo que ya lo sabía, segundo traes un maletín a un bar y tercero llevamos más de dos años sin salir si no es para nada serio ¿por qué hoy no?.
  • Tú siempre tan observador, por eso el viejo te tiene en tan alta estima.

Eso me hace recordar a Laura y de pronto cambio mi cara.

  • Mierda, yo siempre tan oportuno-. Se escusa Jose-. Antes de que me execres, perdóname. Es que hace ya mucho tiempo que no sé de ti y no me acabo de acostumbrar.
  • Tranquilo, además hoy es la noche de las viejas glorias y no hay que sufrir por los males pasados. Sólo el futuro nos atormentará y hoy estaré peor...
  • que mañana-. Acaba Jose.
  • Exacto, que mañana-. Finalizo yo.

Concluimos la conversación alzando las jarras, yo de vino y él de cerveza. Hoy no es noche triste sino feliz.
Jose abre el maletín, depositado encima de sus rodillas, mientras coloca dos papeles encima de la mesa, uno es una carta y el otro una fotografía.

  • Esta carta pertenece a mi sospechoso. Observé que él siempre estuvo preguntando acerca de ciertas cosas que no son muy normales para un novato así que yo siempre le eludía al contestarle a esas preguntas-. Comienza diciéndome.
  • ¿Y cuánto hace que sospechas de él?
  • Un par de semanas ya que siempre que le daba largas a la hora volvía a preguntarme cosas del tipo. ¿Cómo sabe Búho quienes son los poseídos?¿Dónde están los viales?¿Nombres secretos de los cosechadores? Vamos, son el tipo de cosas que es normal tener curiosidad pero sólo una vez. Parece que éste esté cumpliendo una misión de espionaje y no ceje en el empeño de preguntarme todo, de una manera muy torpe por cierto.
  • ¿Sabe de este asunto alguien más?
  • Que va, sólo tú. Llevamos en esta organización veinticinco años ¿en quién podría yo confiar?
  • Vale, lo vas a vigilar más de cerca y también podrías darle información falsa, por ejemplo en el asunto de los viales, ni a nosotros nos está permitido entrar en la sala del consorcio, así que dile que es en una habitación diferente, que él entre en ella y una vez dentro apelas a la Ley Pernudis y se acabó.
  • Buena idea, por eso tu eres el Mochuelo.
  • Y tú el Gorrión-. Le digo mientras aúno mis manos como si fuesen las alas de un ave y las agito-. Siempre te enteras de todo.
  • Soy muy maruja ya lo sabes bien.


Resuenan carcajadas nuestras desde las entrañas de nuestro ser hasta la más recóndita telaraña de ese bar. Somos hombres felices sin duda. Ajenos al mal que viene y subyugados por un pasado que no nos persigue pero sí nos recuerda que somos humanos y frágiles.